La innovación puede ser definida como aquel proceso mediante
el cual ciertos productos o procesos productivos, desarrollados en base a
nuevos conocimientos o a la combinación novedosa de conocimiento preexistente,
son introducidos eficazmente en los mercados, y por lo tanto en la vida social.
Para los consumidores la innovación significa mejores
productos en términos de calidad y precio, servicios más eficientes, y como
resultado, una mejor calidad de vida. Para las empresas, la innovación trae
como resultado mejores retornos derivados de la posibilidad de producir bienes
y servicios diferenciados, preferidos para sus clientes o de utilizar técnicas
productivas más eficientes que sus competidores.
La innovación es importante, pues tiene como resultado no
sólo nuevos productos y servicios, sino que genera, como externalidad
fundamental, nuevo conocimiento y capacidades, los que quedan disponibles para
enfrentar nuevos desafíos en el futuro. Un país con mayores fortalezas en el
ámbito de la innovación – con consumidores más exigentes, empresas más
dinámicas, trabajadores más preparados y un gobierno promotor – está en
definitiva, mejor preparado
Asimismo, aquellas empresas que generan capacidades
permanentes en el campo de la innovación contarán con el conocimiento necesario
para dar respuesta rápida y eficaz a las amenazas competitivas de sus rivales.
Todo ello se traduce en la posibilidad de crecer sostenidamente, generar más y
mejores empleos, incrementar las remuneraciones y mejorar las condiciones
laborales.
0 comentarios:
Publicar un comentario